“Queríamos dar a los iraníes una oportunidad de no escalar más”, declaró a The Washington Post una persona informada sobre los planes de Israel, quien pidió anonimato debido a la naturaleza clasificada de la información.
Según el informante, la decisión de no atacar infraestructuras críticas podría reflejar una estrategia de disuasión controlada para evitar que el conflicto crezca.
El analista de defensa israelí Jonathan Conricus, manifestó: “El ataque israelí logró varios objetivos: los componentes más importantes de las defensas aéreas de Irán fueron destruidos y las instalaciones de almacenamiento de cientos de misiles fueron atacadas”.
Por su parte la portavoz del gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani, aseguró que la mayoría de los misiles israelíes fueron interceptados, confirmando daños menores en algunas áreas, y reportaron al menos dos bajas militares.