El Papa aseguró que el genocidio a menores se da también cuando no se les proporciona las condiciones para convertirse en lo que podrían ser.
El pontífice recordó que “hoy el mundo tiene el mayor número de estudiantes en la historia, pero aún existen grandes desigualdades y unos 250 millones de niños y adolescentes no asisten a la escuela”.
El Papa, resaltó: “Somos custodios de un patrimonio cultural y educativo más grande que nosotros mismos y el mundo no necesita más repetidores sonámbulos de lo que ya existen, necesita nuevos coreógrafos, nuevos intérpretes de los recursos que el ser humano lleva consigo, de nuevos poetas sociales”.
“Más que meras ‘fábricas de resultados lo que es necesario es un proyecto cultural que permita la formación de personas capaces de ayudar al mundo a cambiar de página, erradicar la desigualdad, la pobreza endémica y la exclusión”.
“Las patologías del mundo actual no son una fatalidad que debamos aceptar pasivamente, y menos aun cómodamente”, destacó el Papa.
El Sumo pontífice, consideró que los centros educativos deberían enseñar a desear, a estar sedientos, a tener sueños y a los docentes les dio un consejo: “Sed abundantes”.