“El descenso de las tasas de fecundidad en América Latina es muy interesante porque se ha dado a velocidades mucho más aceleradas que en otros lugares del mundo, considerando, además, que históricamente la región se ha caracterizado por tener una fertilidad numerosa y temprana”, manifestó Martina Yopo, doctora en sociología de la universidad de Cambridge e investigadora de la Universidad Católica de Chile.
América Latina es la región que ha registrado la mayor caída de la fecundidad a nivel mundial entre 1950 y 2024 en un 68,4%. Los países que tienen menos hijos son Chile, Uruguay, Costa Rica y Cuba con las tasas de fecundidad de 1,5 hijos por mujer, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Brasil y Colombia le siguen en la lista con un tasa de 1,6 y 1,7, respectivamente. La disminución de los nacimientos en estos países en las últimas décadas, es la mayor capacidad de control de la fertilidad por parte de las mujeres, quienes hoy pueden decidir si quieren ser madre y cuándo.
“Hay una mayor prevalencia en el uso y legitimidad de los métodos anticonceptivos. Hoy es más fácil acceder a ellos y es un tema que socialmente se ha ido normalizando cada vez más”, destaca Martina Yopo.
También está el factor el cambio de los roles, aspiraciones y expectativas de género. “Hoy las mujeres tienen tasas de participación en el mercado laboral y en la educación superior mucho más altas. Este es un cambio cultural muy relevante, en donde ser mujer hoy día no significa ser madre”.
En Colombia la cifras indican una cifra de más de 370.000 nacimientos que hubo hasta octubre de 2024, siendo el número de bebés más bajo en la última década, ya que en ningún año, dentro de este periodo de tiempo, los nacimientos habían caído menos de 400.000.
Asia, el continente que le sigue, cayó un 66,2%. Mientras que el promedio mundial llegó al 52,6%, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La estadística dice que en todo 2023 hubo 515.549 alumbramientos, cifra que también cayó 10,1 % frente a 2022 y alcanzó su valor más bajo de los últimos 10 años.