Frente a esta decisión del mandatario estadounidense, el gobernador de California dijo que demandaría al gobierno de Trump y este le respondió pidiéndoles a las autoridades que lo detengan.
Trump, ordenó el ingreso de marines a Los Ángeles, y expresó que: “quienes protestaran contra los arrestos por inmigración serían más afectados que nunca”.
700 militares profesionales a tiempo completo, se sumaron a los cientos de efectivos de la Guardia Nacional que ya se encuentran allí.
Por su parte el gobernador de California, Gavin Newsom, criticó la medida, calificándola de desquiciada: “Los marines estadounidenses han servido con honor en múltiples guerras en defensa de la democracia. No deberían ser desplegados en suelo estadounidense enfrentándose a sus propios compatriotas para cumplir la fantasía desquiciada de un presidente dictatorial. Esto es antiestadounidense”, publicó en la red social X.
Los manifestantes se tomaron las calles del centro de Los Ángeles, a lo que las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma.