Es un sector de productores que enfrentan muchos más retos que las acusaciones de la Unión Europea que dicen apoyar el desarrollo de nuestro país, mientras poco a poco nos cierran accesos a mercados con condiciones imposibles de alcanzar.
Nos envían papas que están por debajo de su costo de producción, y esto va más allá de que sean papas baratas, esto es dumping, una práctica anticompetitiva que condiciona deslealmente el desarrollo de nuestra industria.
El “parroquialismo” que impide creer que un país como Colombia pudiera investigar conductas desleales de empresas de algunos países de la Unión Europea, es el mismo que impide creer que un sector de pequeños productores de papa, en su mayoría minifundistas, acusados de no tener representatividad para ejercer su legítimo derecho a la defensa ante prácticas anticompetitivas.
Es el mismo que hoy rebaja el debate y lo reduce a una afirmación tan básica y vacía que cita como un acto grotesco: que el país y el gremio papero hayan demostrado que la tan adulada competitividad de las empresas europeas de papas precocidas y congeladas este basada en una práctica desleal de comercio, cuestión que no está en el debate de la OMC, pues el panel que se ha constituido, revisa aspectos técnicos de la medida que en ningún caso han desestimado la existencia de esta práctica grotesca.
Este sector se encuentra ejecutando múltiples estrategias que le van a llevar al desarrollo social, económico, productivo, y por supuesto el tecnológico.
La Federación Colombiana de Productores de Papa, administrador del Fondo Nacional de Fomento de la Papa- FNFP, continuará ejecutando los programas y proyectos que han permitido la empresarización de organizaciones de pequeños y medianos productores, explorando las formas en las que se pueden generar modelos agroindustriales, impulsando la productividad para alcanzar otros mercados internacionales y demostrar que somos competitivos, desarrollando nuevas variedades que respondan a los retos que impone la variabilidad climática, acompañando con gerencia la implementación del Plan de Ordenamiento Productivo de la Papa, forjando los cimientos del Centro Nacional de Investigación de la Papa, ese que tendenciosamente se olvida mencionar, y finalmente, denunciando y demostrando las prácticas desleales de comercio objetivamente, sin importar cuál sea el socio comercial.