La Cámara Colombiana del Libro, informó que le siguen las distribuidoras, las exportaciones y las ventas privadas. Las exportaciones se mantuvieron estables con una participación del 7,0 %, mientras que las reexportaciones disminuyeron un 9,9 %. Los libros importados también crecieron un 6,6 %, mostrando un interés sostenido por catálogos extranjeros y traducciones.
Se destaca en el informe de la Cámara Colombiana del Libro, que las librerías y puntos de venta propios siguen siendo el canal dominante para la venta de libros, con una participación del 36,0 % sobre el total.
Le siguen las distribuidoras (13,2 %), las exportaciones (9,3 %) y las ventas institucionales privadas de textos educativos (8,4 %).
De acuerdo con el subsector, para las editoriales de libros de interés general el canal de venta de mayor importancia son las librerías y puntos de venta propios al representar 55,7% del total, seguido por las grandes superficies con 10,4%.
Para las editoriales de libros de educación prevalecen las ventas a través de distribuidoras al representar 25,0% del total, seguido por las ventas institucionales al sector privado de textos con 20,1%.
Por su parte las editoriales de libros técnicos y científicos predominan en las librerías y puntos de venta propios con 25,6%, seguido por las distribuidoras con 10,6%. Por último, respecto a las editoriales de libros religiosos prevalece la venta a través de librerías y punto de venta propios con 57,2%, seguido por las exportaciones con 17,0%.
Canales de comercialización del libro
La CCL, resaltó que en términos de empleo, el sector editorial dio trabajo a 5.389 personas en 2024, con un crecimiento del 3,2 % respecto al año anterior. El 83,7 % del personal es permanente y el 16,3 % temporal, con incrementos en ambas modalidades (2,4 % en empleo estable y 7,3 % en temporal).
Un sector que crece con el país
El informe refleja no solo una mejora cuantitativa en ventas y producción, sino también un fortalecimiento cualitativo del sector editorial colombiano, cada vez más profesionalizado, diverso y estratégico.
En un contexto de transformación cultural y digital, el libro sigue siendo un soporte vital para la educación, el pensamiento crítico, la circulación del conocimiento y la construcción de identidad.
Las cifras presentadas en la FILBo 2025, por la Cámara Colombiana del Libro (CCL), permiten afirmar que, pese a los retos, Colombia sigue siendo un país que escribe, edita, vende y, sobre todo, lee.
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