La versión XXVIII de Rock al Parque, celebrada en el Parque Simón Bolívar, reunió a más de 300,000 asistentes que vibraron con 58 bandas de rock y metal de todo el mundo. Este año, el festival regresó a sus orígenes, reviviendo el espíritu del evento que comenzó en 1995 y reafirmando su papel como uno de los festivales de rock más importantes de América Latina.
Regreso de Íconos del Rock Colombiano y Participación de Nuevas Bandas
El festival destacó el regreso de bandas emblemáticas como La Pestilencia y Superlitio después de 10 años de no poder estar en los escenarios bogotanos de Rock al Parque, además de actuaciones de Kraken y Doctor Krápula, quienes mantuvieron viva la tradición del rock colombiano.
Mario Andrés, integrante de Doctor Krápula, compartió su opinión sobre el retorno a los inicios del festival:
“Yo creo que lo que está volviendo a las raíces es el festival. En algún momento se volvió un asunto de traer grandes nombres, y se estaba olvidando el objetivo principal: promover la cultura de Bogotá, de Colombia, y de las bandas emergentes.”
Este enfoque hacia las bandas emergentes permitió a 20 agrupaciones seleccionadas por IDARTES, como Mortis y los Desalmados y Burana Polar, brillar en el escenario junto a artistas consolidados.
Espacios de Arte y Emprendimiento en el Festival
Además de la música, Rock al Parque ofreció una Zona de Arte y Emprendimiento con más de 40 stands, donde los asistentes pudieron adquirir productos de la cultura rockera, como camisetas y pines. Este espacio de apoyo a los emprendedores locales reforzó el sentido de comunidad que caracteriza al festival.
María Claudia Parias, Directora General de IDARTES, celebró los resultados:
“El festival fue un éxito rotundo y absoluto. Desde la administración distrital le hemos apostado a que los bogotanos se sientan más seguros en sus espacios públicos, y Rock al Parque es una muestra de que esto sí es posible. Este evento es un gran espacio de encuentro y de construcción de tejido social.”
Una vez más, Rock al Parque demostró ser un emblema cultural para Bogotá, ofreciendo una plataforma para nuevas bandas y consolidando su relevancia en la historia del rock en Colombia.