Avon comercializa sus productos directamente al consumidor utilizando catálogo para ofrecer una variedad de productos que incluyen cosméticos, fragancias, cuidado de la piel y joyería.
La compañía ha iniciado el proceso para solicitar protección bajo el Capítulo 11 ante el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware, con el propósito de reestructurar su deuda y hacer frente a disputas legales, especialmente aquellas relacionadas con el uso de talco en sus productos.
La firma ya ha incurrido en gastos de aproximadamente 225 millones de dólares en la defensa de demandas por lesiones personales y en el pago de acuerdos relacionados.
Philip Gund, director de reestructuración de Avon, informó que la empresa carece de la liquidez necesaria para continuar litigando o resolver los casos pendientes.
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